La mejora de procesos está siempre a la orden del día de cualquier departamento de cualquier empresa, incluidos los de marketing. Un trabajo en el que las innovaciones tecnológicas tienen mucho que decir. Gracias a ellas, por ejemplo, la automatización ya permite agilizar y dotar de mayor eficacia una gran cantidad de rutinas de muchos grupos de trabajo. Pero ¿qué pasa cuando se da un paso más? Lo que sucede es que se llega al siguiente nivel, al de la hiperautomatización.
Este concepto, según IBM, consiste en automatizar todo lo que en una organización pueda automatizarse. Básicamente lo que se busca con la hiperautomatización es dotar de mayor inteligencia a los procesos de automatización simple. Para ello, se recurre a diferentes herramientas como la inteligencia artificial o la robótica. Algo que, no obstante, debe hacerse siempre con la mente puesta en que ayude a cumplir con los objetivos de la compañía.
Este esfuerzo por mejorar los procesos internos mediante la hiperautomatización va a estar cada vez más presente. De hecho, las previsiones de la consultora Gartner, compañía que acuñó este término por primera vez, apuntan a que el mercado de los softwares especializados en hiperautomatización ronde un volumen de negocio de 600.000 millones de dólares durante 2022.
¿Cuáles son los componentes de la hiperautomatización?
Aproximarse a la hiperautomatización supone integrar de manera holística diferentes tecnologías en las rutinas de la empresa. En este sentido, Gartner señala seis piezas fundamentales:
- Automatización de tareas. Por ejemplo, mediante RPA (Robotic Process automation). Gracias a esto, se puede configurar el software de manera que repita algunas rutinas de manera sistemática.
- Automatización de procesos. Hablar de automatización de procesos, en este caso, es hablar de flujos iBPM o, lo que es lo mismo, de la gestión inteligente de procesos empresariales. Todo ello con el objetivo de agilizar la toma de decisiones combinando en un mismo espacio el factor humano y el conocimiento procedente de otros entornos digitales.
- Operaciones de negocio o DigitalOps. Dentro del camino de la hiperautomatización, este tipo de operaciones representan la esencia de todo ya que son el núcleo de la transformación digital.
- Procesamiento de eventos. El papel de esta pata de la hiperautomatización pasa por reconocer diferentes rutas para resolver problemas, apoyándose en APIs y en arquitecturas adaptativas.
- Herramientas de UX conversacional. Los chatbots o los asistentes por voz cada vez se utilizan más como parte de los servicios de atención al cliente o estrategias de marketing. Pero, además, también pueden ser muy útiles a la hora de crear un entorno hiperautomatizado.
- Tecnologías de inteligencia como el machine learning. Igual que sucede con los bots conversacionales, el machine learning o la inteligencia artificial contribuyen a hacer más inteligente cualquier movimiento que se dé. Y, además, permiten ampliar el conocimiento
Los beneficios de la hiperautomatización
Evidentemente, el trabajo de hiperautomatización, para que sea efectivo, se tiene que hacer siempre con la cabeza puesta en la estrategia y objetivos de la empresa. Si se cumple esa premisa inicial y se ejecuta correctamente, la hiperautomatización puede traer consigo beneficios como los que señalan desde ProcessMaker:
- Obtener mayor flexibilidad a la hora de trabajar. Integrar la tecnología de manera adecuada en los procesos de las empresas les permite operar de una manera más flexible y eficaz.
- Incremento de la productividad. La hiperautomatización permite, sobre todo, agilizar procesos y, gracias a esto, los empleados pueden destinar tiempo a aquellas tareas en las que mayor rendimiento se obtiene de sus capacidades.
- Mejor acceso a los datos y mayor comunicación. Implementar estas tecnologías también facilita el acceso a la información y la puesta en común entre las distintas áreas implicadas en cada tarea.
- Mayor retorno de la inversión. Todos los beneficios de la hiperautomatización, finalmente, desembocan en un aumento de los beneficios y, por lo tanto, un mejor retorno de la inversión realizada por la empresa para integrar la tecnología en sus rutinas.
Tres pasos para convertirse en una empresa hiperautomatizada
Un término como el de hiperautomatización puede sonar complejo. Sin embargo, más allá de la inversión económica, para crear un flujo de trabajo hiperautomatizado solo hacen falta tres pasos:
- Revisar los objetivos de la empresa. Como hemos mencionado, para que la hiperautomatización funcione es primordial tener en cuenta los objetivos estratégicos. Por eso, este debe ser el primer paso: revisarlos, analizarlos y entender cuál es el papel que debe desempeñar la tecnología en el camino para alcanzarlos.
- Poner la tecnología en su sitio. ¿Qué procesos hay que automatizar? ¿Cómo se puede optimizar el uso de la tecnología? Responder estas preguntas también es fundamental antes de hacer efectiva la hiperautomatización.
- Elegir las opciones óptimas. Machine learning, robótica… son muchas las opciones que existen para desarrollar un proceso hiperautomatizado. Aún así, no todo vale: se deben tener en cuenta factores como la formación de los empleados para utilizarlas, la naturaleza de la empresa o el coste para elegir las opciones idóneas.
La hiperautomatización, en resumen, puede ser la base de un nuevo sistema de trabajo en el que la tecnología y las personas refuerzan aún más sus lazos en pro de alcanzar unos objetivos concretos.
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